Friday, October 10, 2008

Ya es LEY, por UNANIMIDAD!

Protegieron el La Salle, pero igual harán un centro de convenciones
Por: Pablo Novillo


La Legislatura porteña aprobó ayer la ley para proteger el edificio del colegio La Salle, de Riobamba 650, donde se pretendía hacer un hotel de lujo.

Sin embargo, la congregación religiosa que lo maneja podrá construir un centro de convenciones y oficinas.

Así, todos quedaron conformes.

El edificio fue construido entre 1898 y 1927. Sus fachadas, la capilla, el salón de actos, el hall y otras instalaciones tienen un alto valor patrimonial. Hace cinco años se dejaron de usar para dar clases, reemplazadas por las aulas más modernas de un anexo sobre la calle Ayacucho. Hoy el colegio tiene unos 1.100 alumnos.

La polémica sobre el edificio se disparó el 19 de enero, cuando Clarín publicó que la congregación de hermanos de La Salle quería construir un hotel cinco estrellas, un centro de convenciones y otras instalaciones, lo que despertó las quejas de padres y ex alumnos.

La reacción de la Legislatura fue rápida, y en febrero votaron una ley que disponía la protección estructural del edificio.

Casi a la par, el Arzobispado porteño, que conduce el cardenal Jorge Bergoglio, le envió una carta a los legisladores, en la que apoyaba el proyecto de las autoridades del colegio.

Por una cuestión formal, esa ley tuvo que pasar por una audiencia pública, en mayo, y una segunda votación, que se realizó ayer (la sancionaron en forma unánime, con 43 votos).

Silvina Pedreira, kirchnerista y presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano, explicó: "La ley impide que se toquen las estructuras con valor patrimonial, pero pueden darles otro uso. Impedírselos hubiera sido avanzar demasiado sobre un edificio privado".

Pese a que se truncó su proyecto original, las autoridades del colegio están conformes: "Nunca planteamos la destrucción del edificio. Lo que se votó porque no impide armar el centro de convenciones, las oficinas y un centro cultural. Además, el compromiso de los inversores es construir sobre la calle Tucumán un jardín de infantes y más aulas", aseguró Carlos Albornoz, Superior Provincial de los hermanos de La Salle.

En el colegio siempre dijeron que necesitaban aprovechar económicamente el edificio para financiar las escuelas que tienen en el Interior.

Los ex alumnos también se mostraron satisfechos. "Si bien no evita cambios de uso, en la práctica queda descartado el hotel", afirmó Víctor Giunta, del grupo que se oponía al proyecto original.

Friday, February 15, 2008

El Colegio La Salle y el "APH Callao"

Dip. Marta Varela

Vicepresidente de la Comisión Especial de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura de la C.A.B.A.




La semana pasada, luego de un intenso debate, los legisladores sancionamos una norma mediante la cual logramos que el edificio del colegio La Salle sea protegido y preservarlo contra posibles agresiones a sus valores arquitectónicos.

Es que las bondades edilicias de este edificio lo convierten en una pieza arquitectónica de gran relieve que sin duda enriquece el Patrimonio de la Ciudad, mereciendo ser protegido tanto para referencia histórica de sus habitantes como para la admiración de los visitantes.

Sin embargo, quiero resaltar el hecho de que, previo a èsto había presentado un Proyecto de Ley (Exp. 1863/07) mediante el cual propuse la creación de un Área de Protección Histórica para la totalidad de la Avenida Callao. El proyecto detiene de manera preventiva cualquier pedido de obra o modificación de ese edificio, y de otros tantos del mismo valor.

Entiendo que el proyecto "APH Callao" como se lo conoce comúnmente, es mucho más abarcativo y fue fundamentado apelando a la narración histórica y a sus caracterizaciones propias, en aras de beneficiar a la ciudad con la protección de un espacio reservado al homenaje y la memoria de célebres actividades que hicieron historia y modelaron generaciones de ciudadanos.

Nuestra propuesta concibe la gran arteria como un tríptico temático: definimos el primer tramo como la "Callao Política", entre Plaza del Congreso y Av. Corrientes, rindiendo homenaje a la zona de gran actividad legislativa que en otras épocas se desempeñaba en sus alrededores. Muchos diputados y senadores provenientes generalmente del interior del país utilizaban los conocidos bares y restaurantes de la Av. Callao como lugares de discusión política o reunión de trabajo y pernoctaban en hoteles tan clásicos a esa estirpe como el Nogaró y otros, todo ello presidido por el célebre Congreso de la Nación.

Respetando la espontaneidad con que se dio ese armado histórico, definimos luego al segundo tramo de Callao como la "Callao Educativa", entre las avenidas Corrientes y Santa Fe, zona en la que se erigen la Escuela Normal Superior Domingo F. Sarmiento, los colegios Del Salvador, La Salle, Antonio Bermejo, Carlos Pellegrini, Normal N° 1, la Escuela de Lenguas Vivas Presidente Roque Sáenz Peña, el Instituto Del Carmen, la Universidad del Salvador, las Facultades de Economía y de Medicina y Odontología de la UBA, etc., todo ello presidido por el magnífico edificio del Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación de la Nación.

La calificación de "Callao educativa", que responde al tema central de la zona, no sólo aspira a crear un clima estudiantil protegido y jerarquizado, sino que brinda la oportunidad de resaltar los importantísimos esfuerzos que nuestra comunidad realizó en aras de la educación de su pueblo a principios del siglo pasado.

De hecho, la ley 1420 de educación gratuita y obligatoria tuvo su correlato edilicio en los monumentos construidos en esos años, muchos de los cuales se identifican en nuestra propuesta y cuyo eje arterial es la Avenida Callao.Por último, hemos definido al tramo de Callao que va desde la Av. Santa Fe hasta la Av. Del Libertador como la "Callao residencial".

En definitiva consideramos necesario avanzar en estos proyectos de fondo que permiten preservar ésta y otras zonas de la ciudad de manera integral. De hecho, he propuesto también la creación del APH Belgrano y del APH Recoleta, logrando de esta forma evitar el avance de iniciativas que pueden poner en riesgo una parte importante de nuestro patrimonio, como el caso del colegio La Salle.

Celebramos finalmente, el gran interés por este debate puesto de manifiesto por la Asociación de Ex Alumnos del Colegio La Salle, los medios periodísticos y la comunidad porteña en general, lo que confirma la creciente vocación ciudadana por la preservación del patrimonio edilicio.

Un cordial saludo,


Dip. Marta Varela

Vicepresidente de la Comisión Especial de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura de la C.A.B.A.


www.martavarela.com.ar

Wednesday, February 13, 2008

Carta de Lectores

Colegio de La Salle

Señor Director:

"Me pareció excelente la nota de Abel Posse en defensa de la preservación del edificio del Colegio de La Salle y sus propuestas para evitar que se imponga lo mercantil en su lógica suicida, cediendo el paso al hotel, al supermercado o a la galería comercial.

"El «materialista» Karl Marx, a los 27 años, dijo que «la desvalorización del mundo humano crecía en razón directa de la valorización de las cosas». Una buena reflexión para espiritualistas y religiosos."

Albino Gómez

albinogomez@fibertel.com.ar

Friday, February 8, 2008

Colegio De La Salle (Parte 1 de 3) - Legislatura C.A.B.A. - Votación del 07.02.08

Colegio De La Salle (Parte 2 de 3)

Colegio De La Salle (Parte 3 de 3) Himno

Por unanimidad, la Legislatura declaró al colegio un bien patrimonial catalogado.

Viernes, 08 de Febrero de 2008

El La Salle no será hotel, con promesas del macrismo a la Iglesia

Por unanimidad, la Legislatura declaró al colegio un bien patrimonial catalogado.

Horas antes, los lasallanos habían renunciado al hotel, a cambio de una futura “garantía”.

El colegio histórico no podrá ser remodelado ni demolido, por ley de la Legislatura.

Por Sergio Kiernan. Página 12



La saga del colegio La Salle tuvo un final inesperadamente manso y tranquilo. Los hermanos de la orden ayer anunciaron oficialmente que el edificio no será hotel ni será remodelado, la vicaría encargada de educación en la Iglesia Católica reforzó el anuncio y toda oposición al proyecto de catalogar el colegio histórico se esfumó.

La razón de tanta flexibilidad no es un súbito ataque de conciencia patrimonialista de alguna de las partes sino la insistencia del oficialismo macrista en dar una “garantía” de que la ciudad sostenga “la actividad educativa del La Salle”.

En buen romance, y aunque lo niegan, el PRO anunció como mínimo un subsidio a los hermanos, que se quedaron sin negocio hotelero.

El colegio La Salle es parte de un polo de edificios simbólicos construidos a fines del siglo diecinueve para darle a Buenos Aires sus “palacios”. El conjunto incluye al palacio Pizzurno, frente a la plaza Rodríguez Peña; al bellísimo edificio de Obras Sanitarias que toma la manzana entera de Córdoba, Riobamba, Viamonte y Ayacucho, y al Normal que toma entera la manzana de enfrente, sobre Córdoba. En esos tiempos nacía la Argentina próspera que se daba una cara institucional y estaba de moda construir a lo grande.

Los hermanos de La Salle también participaron de esta idea y construyeron algunos de los colegios más lujosos, grandes y bonitos de su época. El de la esquina de Riobamba, justo atrás de Obras Sanitarias, fue de los más exitosos dentro de ese programa.

Pero un siglo largo después, la economía de los colegios privados no es lo que era y los grandes palacios requieren un esfuerzo de imaginación para ser preservados y mantenidos.

No fue lo que se encontraron los ex alumnos del La Salle cuando fueron convocados por los hermanos de la orden para ver el proyecto hotelero que tomaría el edificio histórico.

Hace tiempo, ya sabían los ex alumnos, que el colegio funcionaba fundamentalmente en el nuevo edificio sobre la calle Ayacucho, que en términos de arquitectura es una vergüenza apenas utilitaria.

Cuando los ex estudiantes vieron el “proyecto de puesta en valor” del estudio Polizzi-Soldini reaccionaron con un estremecimiento: el patio cubierto con un techo semitransparente, extrañas esculturas metálicas, excavaciones subterráneas para ganar metros, volúmenes vidriados asomando sobre las fachadas originales.

La reacción fue inmediata y drástica. La diputada Teresa de Anchorena, que preside la Comisión de Patrimonio de la Legislatura porteña le recordó al Ejecutivo que ya el 16 de octubre había presentado un proyecto de catalogación del edificio.

Como explicó a Página/12 su jefe de asesores, Facundo de Almeida, según reciente jurisprudencia de la justicia porteña, un edificio en trámite de catalogación no puede ser tocado hasta que se resuelva, por sí o por no, si se lo protege.

El Ejecutivo se apresuró a aclarar que no se había autorizado ninguna obra en el La Salle, pese a que los hermanos decían que tenían permiso del Consejo del Plan Ambiental Urbano, un ente que no tiene la menor ingerencia en estas cosas y que dejó la intriga de por qué se metió a opinar.

Pero el macrismo en el poder hizo más que anunciar que no había infringido las leyes vigentes. El mismo jefe de Gobierno, en reunión de gabinete, le ordenó al vicepresidente primero de la Legislatura y líder de su bancada, Diego Santilli, que convocase a una reunión extraordinaria y en pleno verano para que los legisladores trataran de urgencia la catalogación del La Salle. Como en estos casos sólo el oficialismo puede determinar el temario a tratar, Santilli agregó otros temas caros a su jefe político, como se informa en nota aparte.

Tanta urgencia demuestra el rango del tema patrimonial en la agenda política actual y también el status de “quemado con leche” que tiene el macrismo luego de los escándalos en el área cultural que le amargaron la transición, como el del renunciado candidato a ministro Luis Rodríguez Felder.

Pero de inmediato quedó en claro que el oficialismo quería que se tratara en el recinto un proyecto propio y no el ya presentado en la Comisión de Patrimonio. El macrismo trató a una velocidad notable el tema en las comisiones que corresponden, pero insistiendo en agregar un artículo al proyecto circulante, uno que obligara a la ciudad a “garantizar” la actividad docente en el La Salle.

Si esto suena a promesas materiales, de subsidio o más, es porque el verbo “garantizar” es más que fuerte en una ley. Los macristas juran en los pasillos y las reuniones de comisión de la Legislatura que se trata de algo “meramente declaratorio”. Para la oposición, el tema suena a “una estatización del colegio”, como sintetizó una fuente.

La Iglesia parece creer lo mismo, ya que ayer, horas antes de la sesión, los hermanos lasallanos se presentaron ante la Dirección General que concede permisos de obra para desistir formalmente del proyecto hotelero, y la vicaría encargada de Educación del Arzobispado anunció que habrá 4000 metros cuadrados en el edificio histórico que serán usados en el famoso proyecto educativo.

Anoche, tarde y con una gran cantidad de ex alumnos del colegio en el recinto, la Legislatura aprobó la catalogación del La Salle. Fue finalmente un voto unánime, de cincuenta a cero en lo general y con la disidencia parcial del bloque de Aníbal Ibarra en lo particular.

Resulta que el ibarrismo –que bien podría haber catalogado el colegio cuando estaba en el poder– quería que le ley lo destinara exclusivamente al uso educativo. Para sacar el trámite, el macrismo votó el proyecto original: la “garantía” a la Iglesia queda para una ley aparte, ya presentada y que en breve tendrá que ser tratada en la Comisión de Educación.